¿Ayudas a tu hij@ a cepillarse los dientes? Si es así, ¿lo haces correctamente? ¿Debe usar dentífrico? ¿Qué cepillo es el más adecuado para la edad de mi hij@?

Si estas son algunas de las dudas que tienes y quieres ampliar toda la información para mantener la salud dental de tu hijo, sigue leyendo y te proporcionaremos toda la información.

¿Tengo que cepillarle los dientes a mi hijo?

Para esta cuestión es muy importante la edad del niño y la destreza que tenga a la hora de cepillarse los dientes. No es lo mismo dejar que se los lave solo un niño de 3 años que uno de 8 años. A continuación vamos a detallar por edades qué es lo más aconsejable para mantener la higiene de nuestros hijos.

Hay que limpiar los dientes desde el momento que aparece el primer diente en un bebé.

Lo esencial es eliminar los restos de alimentos que se descomponen y forman la placa dental o biofilm. Esta placa se queda adherida a la superficie dental y si no la quitamos se va acumulando y puede llegar a iniciar el proceso de la caries dental. La alimentación en esta edad también influye, ya que se basa en leche materna o de fórmula y papillas. Estos alimentos son muy densos y favorecen la formación de la placa dental.

¿Cómo eliminamos la placa en bebés?

En esta etapa no debemos usar cepillo dental ni pasta dentífrica. Es suficiente con humedecer una gasa con agua y frotar con cuidado el diente o primeros dientes del niño. También pueden utilizarse dedales dentales, son de silicona y deben usarse con suavidad para no dañar la encía. Es recomendable eliminar la placa al menos una vez al día.

Cepillado en niños a partir de 2 años

Cuando el niño tiene 2-3 años y ya han aparecido las primeras muelas, debemos introducir un cepillo manual adecuado con cabezal pequeño y cerdas suaves.

A partir de esta edad y hasta los 6 años es aconsejable cepillar los dientes 2 veces al día. Si no fuera posible, como mínimo debe efectuarse un cepillado, fundamentalmente por la noche, siempre con la ayuda de un adulto.

Es posible que ya tengan curiosidad por el cepillo e imiten a los padres a la hora de lavarse los dientes, pero no saben hacerlo correctamente.

Lo ideal es que un adulto cepille primero los dientes al niño con el cepillo seco, muy importante NO MOJARLO con agua. Al hacerlo, no arrastraremos bien la placa adherida a la superficie del diente, se elimina mucho mejor con el cepillo seco.

Para cepillar correctamente los dientes, la cabeza del niño debe tener un apoyo: puede sentarse y apoyarse en un respaldo o tumbarse y apoyar la cabeza sobre las piernas del adulto. Con una mano, cogeremos el cepillo y con la otra separaremos el labio y mejilla para poder ver bien donde situamos el cepillo. Puesto que los niños se cansan rápido, deberemos empezar por las zonas más posteriores, como son las muelas, y acabar con los dientes anteriores, que es la zona más fácil.

Empezando con las muelas, cepillaremos la cara externa, luego la interna y finalmente la de masticación, haciendo movimientos circulares, sin presionar. Lo haremos por cuadrantes, es decir, 4 veces (arriba izquierda y derecha y abajo izquierda y derecha) y finalmente acabaremos con los dientes anteriores, tanto arriba como abajo haremos también movimientos circulares en la parte visible de los dientes y para finalizar en la cara interna que mira al paladar y lengua.

Para hacer más ameno el momento del cepillado, podemos contar hasta 5 cada vez que limpiamos un lado o cantarle una canción que le guste.

De 6 años en adelante introduciremos una pasta fluorada con una concentración de flúor inferior a las pastas de adultos. Debe ser menor a 1000 partes por millón de flúor (ppm). La cantidad de flúor normalmente está indicada en la parte posterior del tubo del dentífrico.

El cepillo de dientes debe cambiarse a uno de dureza media y con cabezal pequeño o mediano. Pondrán la cantidad de pasta similar a la de un guisante. Cepillarán los 4 lados de la boca, ordenadamente, de uno en uno con movimientos circulares o de arriba a abajo, pero nunca en horizontal, para no dañar las encías. Muy importante no presionar.

Deben cepillar entre 2 y 3 veces al día, indispensable el cepillado nocturno. Es recomendable seguir ayudándoles hasta que consigan la destreza necesaria.

Al finalizar, recomendamos que no se enjuaguen con agua, sino que tiren el exceso de pasta de dientes, sobre todo por la noche, para mantener el flúor y que proteja el esmalte mientras duermen.

El cepillo debe sustituirse por otro nuevo con cada cambio de estación (cada 3 meses) o cuando el cepillo esté muy deteriorado. Si las cerdas se abren mucho es señal de que el niño aprieta demasiado.

¿Debe utilizar un enjuague?

A partir de los 6 años de edad, podemos incorporar un colutorio diario con una concentración de 0,05%. Es aconsejable que no lleve alcohol. Puede realizarse 1-3 veces al día.

Por la noche no es esencial su uso, como hemos explicado anteriormente queda flúor de la pasta de dientes al no enjuagar, esto haría la misma función que un enjuague.

Si el niño sufre de halitosis o mal aliento, utilizando colutorio puede combatirlo o disminuirlo.

¿Cuándo puede utilizar un cepillo eléctrico?

El cepillo eléctrico está indicado en niños mayores de 6 años, siempre y cuando tengan la destreza requerida, ya que es muy efectivo pero si se utiliza correctamente.

Hay que tener en cuenta que el cepillo eléctrico y el manual se utilizan de forma muy distinta, por lo que es desaconsejable alternar ambos.

El cabezal debe ser redondo, para llegar mejor a las zonas más difíciles.

Para manejar el cepillo eléctrico debemos cepillar por cuadrantes, como con el manual, pero en lugar de mover el cepillo, debemos dejarlo quieto encima de cada lado de cada diente para que el cabezal gire unos segundos y elimine la placa depositada.

Si el niño no consigue cepillar correctamente con el eléctrico, debería repasar un adulto y hacerlo adecuadamente, o directamente cambiar al cepillo manual.

El cabezal del cepillo también debe ser cambiado cada 3 meses.

Hay que motivar a los niños y concienciar que el cepillado de dientes es muy importante para la salud de su boca. Si empezamos desde muy pequeños, adquirirán la rutina y les habremos ayudado a que la mantengan con los años. Así valorarán la importancia que tiene una buena higiene bucal, pues ésta es parte imprescindible de su salud.

Comparte el post: