Para controlar la aparición de caries e inicios de desmineralizaciones es muy importante adoptar técnicas de prevención que puedan paralizar estos procesos.
Las principales técnicas de prevención son: control de la dieta, correcta técnica de cepillado, sellados de fosas y fisuras y aplicación tópica de flúor en clínica.
Selladores de fosas y fisuras.
Es una de las técnicas más eficaces para proteger las zona de los dientes más susceptibles a ser atacadas por las caries.
El objetivo de los sellados es rellenar con una resina las fosas y fisuras de los molares donde se retienen más bacterias, así, se impide la colonización de éstas y la futura aparición de caries.
Existen programas comunitarios que han adoptado la financiación pública de sellados de molares en edades escolares. Es primordial adoptar esta técnica como indispensable para la prevención de caries tanto en edades tempranas como adolescentes o incluso en adultos en algunos casos.
La eficacia de los sellados es de alrededor de un 80% durante los 12 primeros meses tras su colocación. Puede perder efectividad pasado este tiempo, aunque siempre va a proteger más que si no los hay.
Indicaciones:
-Molares y premolares erupcionados recientemente que estén sanos y no tengan o hayan tenido caries.
-Pacientes que tengan un riesgo alto de tener caries.
-Morfología de los molares susceptible a originar caries, es decir, fosas y surcos de los molares muy marcados, profundos.
-Fracturas o defectos del esmalte, como hipoplasias.
Contraindicaciones:
-Pacientes con un elevado número de caries interproximales.
-Molares o premolares con caries.
Colocación de sellados.
Los sellados están compuestos principalmente por resina ya sea transparente u opaca que habitualmente se endurece mediante una luz halógena.
Para aplicar los selladores no es necesaria anestesia local.
Se comienza realizando una limpieza de la superficie oclusal del molar que se vaya a sellar. Es importante eliminar todo resto de placa o biofilm bacteriano que esté depositado.
A continuación se aísla el diente de toda contaminación, como la saliva. El aislamiento puede ser mediante un dique de goma o rollos de algodón.
Cuando tenemos aislado el molar o premolar, se coloca sobre la zona oclusal un gel grabador (ácido ortofosfórico 37%) para imprimar la zona antes de colocar la resina.
Para eliminar el gel, se lava con agua. A continuación se retiran los algodones mojados (si los hubiera) y se sustituyen por nuevos y se seca la pieza dental. En este momento es cuando se coloca la resina, cubriendo fosas y surcos y se comprueba con una sonda que queda bien distribuido y que no aparecen burbujas. Seguidamente se fotopolimeriza y se comprueba la oclusión del paciente.
Aplicación de flúor tópico en clínica
El flúor tiene muchos efectos beneficiosos para el esmalte de los dientes. Está demostrado que cuando se encuentra flúor en la saliva es capaz de acelerar el proceso de remineralización pequeñas lesiones de inicio de caries. Además tiene un efecto bactericida, por lo que reduce la carga de bacterias cariogénicas.
Como todo producto, debe controlarse las cantidades, ya que si hay una sobredosificación, puede dar lugar a la aparición de fluorosis, lo que implicaría una aparición de manchas blancas irreversibles en el esmalte dental.
Hay que tener en cuenta que algunas aguas o sales ya están fluoradas, así como ciertos complementos alimentarios.
Es importante conocer en qué cantidad existe flúor en el día a día para que no se produzca la fluorosis.
El flúor de autoaplicación es el que nos encontramos en colutorios y dentífricos en el día a día. La concentración de flúor está muy controlada para que podamos aplicarlo varias veces al día.
Por ejemplo, los dentífricos normales para adultos tienen una concentración entre 1000-1500 partes por millón de flúor (ppF).
El flúor de aplicación en la clínica dental se realiza en momentos puntuales cuando sonsidera el odontólogo.
Normalmente se aconseja que al menos una vez al año se hagan aplicaciones de flúor profesional, ya que tiene más concentración de flúor que el que encontramos en otras dispensaciones no profesionales.
Gel fluorado en cubetas.
Una de las formas de aplicar fúor en la clínica es mediante cubetas de flúor. Se trata de un gel en forma de solución tixotrópica (es fluido en contacto con los dientes) con una concentración de 12300 ppF. Se colocan cubetas que distribuyen el gel por todas las superficies de los dientes, y luego se eliminan los restos. Se recomienda no beber ni comer en al menos media hora para que el flúor pueda absorberse correctamente.
Barniz de flúor.
El barniz de flúor tiene una concentración de un 2% de fluoruro de sodio. Pasadas dos horas desde su aplicación, se mantiene el flúor en la boca, eso es por su gran efectividad a adherirse a las superficies de los dientes.
Se aplica mediante un pincel o pequeños algodones en las superficies de los dientes (previamente secadas) más propensas a desarrollar caries: zonas oclusales e interproximales.
Debe esperarse al menos media hora para beber o comer tras su colocación.
Pastas de profilaxis fluoradas.
Tras una limpieza profesional en la clínica, se recurre al pulido mediante un cepillo y pasta de profilaxis. Estas pastas están diseñadas para eliminar manchas o tinciones externas de los dientes, pero además, pueden contener flúor.
También existen soluciones líquidas, pero su uso ha disminuido con el tiempo y es más habitual aplicar el flúor en barniz, gel o pasta de profilaxis.
Es imprescindible entender el mensaje de la importancia de la prevención para evitar futuras lesiones que puedan desencadenar en caries, molestias y tratamientos complejos.
Con la prevención, ganamos en salud y ahorramos futuros tratamientos de restauración de caries que podrían haberse evitado o frenado si se detectan a tiempo y se aplican técnicas de prevención.
En la Clínica dental Miguel Gilabert priorizamos las técnicas de prevención para cuidar al máximo de la salud de tu boca.
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