Somos conscientes de que nuestra alimentación y salud bucodental adecuada a nuestra dieta regula nuestro organismo y que de ella depende en gran parte nuestra salud general. Tener una alimentación variada y equilibrada ayuda a prevenir la aparición de enfermedades cardiovasculares, diabetes, obesidad, etc., así como enfermedades del entorno oral como caries, periodontitis, gingivitis…

En este artículo vamos a centrarnos en la importancia de seguir una alimentación saludable para mantener buena salud bucal.

En el día a día es tan importante determinar qué alimentos consumimos como con qué frecuencia lo hacemos.

Como ya sabemos, hay alimentos que favorecen la aparición de enfermedades orales como son los azucarados y ácidos. Si seguimos una dieta variada y equilibrada, podemos incluir algunos de estos alimentos a nuestra dieta pero debemos tener en cuenta la frecuencia con la que vamos a consumirlos. Sin embargo, si nuestra dieta es poco variada y es alta es hidratos de carbono, azúcares y/o ácidos, debemos disminuir poco a poco la ingesta de este tipo de alimentos y sustituirlos por aquellos que sean saludables.

A continuación vamos a diferenciar los alimentos saludables de los poco saludables. Con esta clasificación también va ligada la frecuencia de consumo. Debemos disminuir la ingesta de los alimentos poco saludables e introducir en las cinco comidas diarias los alimentos saludables.

Alimentos saludables

Cereales, verdura, fruta, pescado, carne blanca, legumbres, frutos secos, huevos, pasta, arroz, lácteos (queso, leche…)

Alimentos poco saludables

Bebidas azucaradas (como refrescos), bollería, chocolate, snacks (bolsas de aperitivos como papas, gusanitos…), galletas, bebidas alcohólicas…

Lo ideal es realizar una dieta que incluya cinco comidas diarias: desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena. Así, el organismo va recibiendo nutrientes cada pocas horas.

Si realizamos más de las recomendadas 5 comidas al día y picoteamos entre horas, es recomendable que sean alimentos nutritivos como fruta, hortalizas crudas, queso, yogur sin azúcar…

Si picoteamos entre horas y se trata de alimentos poco saludables, estamos favoreciendo la segregación de azúcares y ácidos que se distribuyen por la boca y aumentan el riesgo de contraer caries o enfermedad periodontal.

Durante las comidas principales se produce más saliva, lo que implica que haya más autolimpieza de los dientes. Por lo que, si queremos incluir algún alimento no saludable, es recomendable consumirlo dentro de las 5 comidas diarias y no fuera de éstas, ya que no se genera tanta saliva y los alimentos quedan depositados sobre los dientes, favoreciendo las enfermedades orales.

Como hemos comentado anteriormente, la frecuencia de la ingesta también es fundamental tanto para la salud general como la bucal.

Por ejemplo, en niños y jóvenes que es más frecuente el consumo de gominolas, galletas, bollería…, es preferible que se destine algún día concreto de la semana para poder consumirlos, que no todos los días un poquito. Es más perjudicial que todos los días haya un azúcar afectando al esmalte de los dientes a que lo haya un sólo día.

Por supuesto, junto a una alimentación y salud bucodental saludable, debe estar ligada una correcta higiene bucodental diaria. Debemos seguir las indicaciones recomendadas de ambas para lograr tener buena salud bucodental.

Para conseguir una buena alimentación es fundamental instruir desde edades tempranas en la importancia de mantener una dieta variada y rica en nutrientes y evitar el consumo de alimentos poco saludables que pueden favorecer la aparición de enfermedades como la caries o enfermedad periodontal.

Si se adquiere un hábito desde la edad infantil, es más probable desempeñarlo con el tiempo, por lo que debemos concienciarnos en adquirir o instruir buenos hábitos de alimentación e higiene para poder mantenerlos con el tiempo.

Por tanto, mantener una dieta, que conste de 5 comidas diarias, basada en alimentos saludables y cepillar los dientes al menos 2 veces al día con una pasta dentífrica fluorada, favorecerá la prevención de enfermedades orales como la caries y la enfermedad periodontal.

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